La gestión de residuos cuenta con marcos legales cada vez más exigentes. Los reglamentos europeos son muy estrictos a la hora de dar instrucciones y promover la economía circular. A todo esto, hay que sumar las regulaciones nacionales, autonómicas y locales, con las que también se debe cumplir. Lo que está claro es que hay que hacer todo lo posible para tratar de manera correcta el medioambiente, cuidándolo lo máximo posible. Por supuesto, también hay que llevar a cabo un buen trabajo para que no se resienta la salud de las personas. Sea como sea, te toca crecer como empresa. Es por eso que queremos darte algunos pasos a seguir en la gestión de residuos no peligrosos. ¡Toma nota!
¡Toma nota de los pasos a seguir en la gestión de residuos no peligrosos!
- Reducción: Reducir los residuos que se generan debería ser un paso obligatorio para todas las corporaciones. Lo único que tienes que hacer es poner todo de tu parte para crear una estrategia en la que seas capaz de generar menos de lo que vienes haciendo en tus procesos. Lo que tienes que pensar es que ahora es fundamental dar un nuevo uso a productos y materiales. Tan solo tienes que sentarte y fomentar una estrategia en la que llevas a cabo nuevas medidas para producir de una manera diferente. Seguro que no te lleva tanto tiempo trabajar de un modo sostenible, que haga crecer en valoración tu imagen de marca e identidad.
- Separación y clasificación: Entre los pasos a seguir en la gestión de residuos no peligrosos, este es uno de los más importantes. Son muchas las entidades que desconocen lo que generan. No estamos hablando de la cantidad, sino del tipo de residuo, ya que no conocen su composición a la perfección. Una empresa debe saber con lo que trabaja. Esa es la manera correcta de poder identificar y separar para el posterior reciclaje. Por supuesto, también deberá saber cómo tiene que proceder con la clasificación de los residuos para que sean tratados de la forma exigida. Esto no es tan difícil si solo se genera un residuo, pero no suele ser lo habitual. Por eso, hay que evitar mezclarlos. No debes hacerlo porque no trabajarías en pro de la sostenibilidad, pero también porque, si están juntos, se pueden contaminar unos con otros, algo que puede dar graves problemas.
- Transporte correcto: Es otro de los pasos a seguir en la gestión de recursos no peligrosos. Es muy importante que los residuos, en función de sus características se transporten del modo adecuado para que lleguen a la planta de reciclaje en el que van a ser tratados de la forma exigida. Se debe hacer con vehículos especiales para ese proceso, pero no solo eso, sino que también se debe contar con algunos elementos que son esenciales. Es ahí cuando hablamos de los contenedores. Son el recurso ideal para gestionar los residuos. Los hay de diferentes tamaños para que se adapten a la cantidad de residuos que generas. Lo único que tienes que hacer es preocuparte de cumplir con todas las condiciones de seguridad con el mismo, sin que suponga un peligro para personas y vehículos. Por otro lado, deberás actuar conforme lo que marque la normativa que gestiona los contenedores en cada localidad.
- Educación: La información es clave para que todo el mundo dentro de una empresa sepa cómo tiene que actuar. La formación a los trabajadores es algo fundamental y debe actualizarse en el tiempo para que sean conscientes de las regulaciones que deben seguir. No contar con información es algo que puede desembocar en errores que en el medio o largo plazo se pueden convertir en consecuencias fatales para el negocio, la salud humana y el planeta.
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